Fiebre

Olaia, madre soltera, vive con su hijo en una pequeña casa de Torrecuevas, una pedanía de  Almuñécar, en la costa granadina. Acuciada por las letras, decide alquilar la habitación del niño a un forastero, recién llegado al pueblo, que trabaja con ella en la recogida de la chirimoya en el campo de la localidad. La irrupción de Sebas supondrá el inicio de una esperanzadora relación sentimental para la vida de Olaia, pero también un cambio significativo en la relación estrecha que mantiene con su hijo.

Docudrama hiperrealista, con claros elementos de ficción, sobre la situación económica y social de una madre soltera, que trata desesperadamente de sobrevivir, a base de ingenio, en esta época convulsa en lo monetario. Fiebre, dirigido por Ignacio Guarderas como film debut y con un presupuesto irrisorio (2.000 euros), es un retrato de la mujer trabajadora de cualquier ciudad andaluza, de sus agobios para poder llegar a final de mes, de cómo mantener a su propio hijo. La película nos transmite la pasión, el amor entre Olaia y Sebas, el desconocido, que pasa a ocupar un lugar importante en su corazón y que significará el distanciamiento de su hijo, que ve peligrar la relación con su madre ante la llegada del intruso.

El reparto de Fiebre está compuesto de actores no profesionales, lo que le transmite a esta película un alto grado de autenticidad, como Olaia Comesaña y Sebastián Fernández, que integran el dúo protagonista. Como curiosidad, el documental de ficción está rodado en la ciudad andaluza de Almuñécar, en la costa granadina.