Contrapicado, escritos de cine

Contrapicado nació en 2005 de la mano de Stefan Ivančić y Aleix Canal Oliver y desde entonces se ha dedicado a los escritos sobre cine, en un sentido amplio. De la repentina crítica de actualidad a la problemática revisión del pasado, de la cobertura de festivales a números monográficos sobre un cineasta, época o tema, el cine deviene para nosotros objeto de pensamiento y excusa para él. El día a día no es prioritario, aunque tenga su espacio en el blog Fuera de campo, donde también valoramos la actualidad con estrellas y palabras, o, más bien, una palabra. Tratamos, de todos modos, de no ser esclavos del calendario ni de la cartelera y de abrirnos a otras épocas y otros cines, dejando que lo mainstream conviva con lo underground y el cine de autor, y la ficción con el documental o el cine experimental.

Es por ello que en los últimos números hemos escrito sobre autores de cabecera en estos años, como J.J. Abrams, Quentin Tarantino y Lars von Trier, pero también sobre cineastas más subterráneos, como Victor Kossakovsky, Peter Forgács o León Siminiani; también de algunos que, pese a tener carrera comercial, han sido menos reivindicados, como los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat. A ellos se han sumado los padres y abuelos del pasado, algunos rabiosamente presentes, como Chris Marker o Pier Paolo Pasolini, y otros relativamente ensombrecidos por la historia y justamente recuperados, como John Boorman y Jules Dassin. También hemos querido pensar en el cine desde perspectivas que transcendieran, o sortearan, el cine de autor, como la noción de la revelación cinematográfica de Alain Bergala o el concepto de remake, de múltiples e inesperadas ramificaciones.  

24/25 (Marla Jacarilla, 2014)

Contrapicado, editada en la actualidad por Enrique Aguilar y Albert Elduque, es, también, un punto de encuentro de escrituras heterogéneas, de distintos orígenes y formaciones, gustos dispares que, pese a todo, coinciden en la voluntad de abordar el cine, sus imágenes, e interrogarlos. La postura iconoclasta que no se rinde a las excelencias de un festival, el autor apasionado que saca a relucir una obra, el cauto entrevistador que deja que fluyan las respuestas, el escritor metralleta y el medidor de palabras. Todo ello circula por nuestras páginas, conviviendo, contraponiéndose, permitiendo que el choque de miradas, y de obras, dé forma o esboce la mirada en contrapicado.    

Contrapicado